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Dificultades motoras que afectan a la autonomía

La mano caída es una patología donde la persona no puede extender su muñeca y que afectando en la infancia, generalmente cursan con hemiparesia, parálisis braquial obstétrica, alteraciones ortopédicas, malformación en el desarrollo fetal, etc.

Cuando se presenta esta patología, podemos observar cómo su muñeca cuelga flácidamente y es incapaz de moverla de manera que los dedos apunten hacia el techo. Al no poder extender su muñeca, el desempeño se verá comprometido en el desarrollo de actividades que requieran esta función.

¿Qué consecuencias puede tener esta patología en el desarrollo infantil?

Para estos niños y niñas no resulta nada fácil coger un vaso de agua, quitarse los zapatos, vestirse, subir a un tobogán o realizar cualquier tipo de actividad para la que necesitemos ambas manos.

Si os fijáis, la mayoría de actividades de nuestro día a día son bimanuales, donde una mano actúa como dominante y la otra como asistente. Casi nadie usa sus dos manos de la misma manera, es decir, una es más hábil para manejar objetos y otra para estabilizarlos.

Cuando se da en la infancia este tipo afectación contarán con un repertorio motor reducido y con alteraciones sensoriales o de la percepción. Por lo tanto, al realizar actividades de este tipo tardarán más tiempo y les va a suponer mayor fatiga física y mental para poder encontrar una solución eficaz en la resolución del problema.

Ante este tipo de patología es esencial llevar a cabo un abordaje terapéutico desde edades tempranas para evitar la deformidad del miembro afecto y consiguiente falta de autonomía en las actividades de su día a día.

Un caso práctico de mano caída:

 


En este caso, el tratamiento incluye el uso de férulas como medida de apoyo. Una férula es un dispositivo de termoplástico, que en este caso se aplicará para facilitar la circulación linfática y venosa, mejorar la funcionalidad de la mano y evitar deformidades.

Para el paciente R. estamos utilizando una férula estática (pasiva nocturna) para mantener su posición anatómica, sostener e inmovilizar su muñeca, y una férula dinámica que facilite la colocación de la muñeca y la mano para optimizar la función en las actividades de su día a día y el trabajo muscular en terapia.

Estos dos dispositivos serán utilizados de manera temporal o provisional en el tratamiento y según avances.

Ambos dispositivos están confeccionados a medida y de manera individualizada por el equipo de rehabilitación.

Una de las dudas más frecuentes que los padres tienen al iniciar el tratamiento rehabilitador, es si la mano de su hijo o hija se va a quedar así o si va a poder ser igual de funcional que la otra, a lo que como terapeuta especializada en esta área suelo responder: con una buena intervención podemos conseguir rehabilitación exitosa por eso es importante que se sigan las directrices que se les trasmiten desde aquí para poder obtener una evolución progresiva y positiva.

Artículo escrito por Marta Monforte, terapeuta ocupacional de la Ud. Pediátrica en Neural Valencia.

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