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Selectividad Alimentaria en el Autismo: Causas, Consecuencias y Estrategias para Superarla

Los niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) a menudo presentan una relación compleja con la alimentación, manifestando diversas características que pueden influir en sus hábitos alimenticios. Estas son algunas de las particularidades más comunes:

  • Selectividad alimentaria: Se refiere a la restricción en la variedad de alimentos que la persona está dispuesta a comer. Esta selectividad puede variar desde leve hasta severa. En casos de selectividad alimentaria severa, el niño puede rechazar la mayoría de los alimentos debido a sus características sensoriales específicas, como el olor, la textura, el sabor, el color o la temperatura.
  • Sensibilidades sensoriales: Los niños con TEA pueden tener reacciones negativas a ciertas texturas, sabores, olores o aspectos visuales de los alimentos, lo que dificulta su aceptación.
  • Problemas de motricidad: Pueden tener dificultades para masticar, tragar o coordinar el uso de los cubiertos, lo que afecta su capacidad para comer con comodidad y eficacia.
  • Conductas ritualizadas: Algunos niños pueden insistir en rutinas específicas durante las comidas o en la preparación de alimentos, lo que puede afectar la flexibilidad en su dieta.
  • Problemas de atención: La dificultad para permanecer sentado durante la comida o para concentrarse en la tarea de comer puede influir en la cantidad y calidad de la ingesta alimentaria.
  • Problemas de conducta: Los niños con TEA pueden tener dificultades para regular su comportamiento durante las comidas, lo que puede manifestarse en rabietas frecuentes, levantarse antes de terminar la comida, entre otros comportamientos disruptivos.

Es importante tener en cuenta estos problemas de alimentación al abordar la alimentación de niños y niñas con autismo, ya que pueden requerir estrategias específicas para garantizar una alimentación adecuada.

¿Qué es la selectividad alimentaria?

La selectividad alimentaria, también conocida como restricción dietética selectiva, se refiere a los hábitos alimenticios restringidos que incluyen el rechazo alimentario o la eliminación de ciertos alimentos, así como la falta de variedad en la dieta. Esta condición no solo afecta la salud nutricional, sino que también puede generar preocupaciones en el ámbito familiar y social.

En el caso específico del autismo, la relación entre los hábitos alimenticios y el trastorno es especialmente relevante. Los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) tienden a experimentar dificultades con la alimentación, lo que puede manifestarse en formas diversas, como la aversión a ciertas texturas, colores o sabores, así como la rigidez en la selección de alimentos.

 Muchos estudios indican que los niños con TEA presentan un mayor riesgo de desarrollar selectividad alimentaria, lo que puede comprometer su ingesta adecuada de nutrientes esenciales para un crecimiento y desarrollo óptimos. Estudios recientes revelan que aproximadamente el 75,89% de los niños y adolescentes en el espectro autista presentan algún grado de selectividad alimentaria.

Entender los vínculos entre el autismo y los problemas con la alimentación es crucial para desarrollar estrategias efectivas de intervención que promuevan hábitos alimenticios saludables y mejoren la calidad de vida de las personas en el espectro autista.

Posibles causas de la selectividad alimentaria

Las causas detrás de la selectividad alimentaria todavía se desconocen. Sin embargo, existen diversas teorías que intentan explicar esta alimentación selectiva. Algunos estudios sugieren que puede estar relacionado con diferencias en el procesamiento sensorial, dificultades oromotoras o problemas gastrointestinales. En aquellos casos en los que no se identifican problemas orgánicos subyacentes, la selectividad alimentaria puede atribuirse a la rigidez cognitiva asociada con el Trastorno del Espectro Autista (TEA).

Uno de los aspectos sensoriales que ha recibido atención en investigaciones recientes es la sensibilidad a la textura de los alimentos en los niños con TEA. Se ha observado que estos niños pueden mostrar una atención particular hacia la textura al seleccionar los alimentos. Esta sensibilidad puede influir significativamente en sus preferencias alimenticias y contribuir a la selectividad observada en su dieta diaria.

Consecuencias de la selectividad alimentaria

La selectividad alimentaria, cuando persiste en el tiempo, puede acarrear una serie de consecuencias significativas que afectan tanto la salud física como el bienestar emocional y social de los niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista (TEA).

Una de las consecuencias más preocupantes es la posibilidad de desarrollar deficiencias de nutrientes esenciales. La dieta restrictiva puede resultar en una ingesta insuficiente de vitaminas, minerales y otros nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo adecuados. Esta carencia nutricional puede tener efectos adversos en la salud general, así como en el funcionamiento cognitivo y el sistema inmunológico del niño o niña.

Además, la selectividad alimentaria también puede estar asociada con problemas gastrointestinales, como estreñimiento, diarrea, dolor abdominal y otros trastornos digestivos. Estas complicaciones pueden generar malestar físico y afectar la calidad de vida.

Otra consecuencia importante es el impacto en el desarrollo madurativo. La alimentación adecuada es fundamental para el desarrollo físico, cognitivo y emocional de los niños. La falta de nutrientes puede afectar negativamente el crecimiento, la concentración, la memoria y otras habilidades importantes para el aprendizaje y el desarrollo.

Por tanto, la selectividad alimentaria no solo afecta la salud física, sino que también puede tener un impacto significativo en el bienestar emocional, social y el desarrollo global de los niños. Es crucial abordar esta conducta de manera integral y proporcionar el apoyo necesario para promover hábitos alimenticios saludables y un crecimiento óptimo.

¿Cómo podemos abordar las dificultades alimentarias en el TEA?

Es esencial adoptar un enfoque integral y colaborativo para enfrentar las dificultades alimentarias asociadas con el Trastorno del Espectro Autista (TEA). Este abordaje debe ser multidisciplinario, involucrando a diversos profesionales como psicólogos, neuropsicólogos, nutricionistas, terapeutas ocupacionales, logopedas y pediatras, quienes trabajan en coordinación con la familia, la escuela y otros especialistas externos.

Para promover hábitos alimentarios saludables, es posible implementar adaptaciones y estrategias efectivas. Entre estas se incluyen:

  • Exposición gradual a nuevos alimentos: Introducir gradualmente nuevos alimentos en la dieta del niño o niña, permitiéndoles familiarizarse con diferentes sabores, texturas y colores a su propio ritmo.
  • Adaptación del entorno: Crear un entorno propicio para que el niño o niña se sienta cómodo y relajado durante las comidas, reduciendo estímulos distractores y evitando situaciones estresantes.
  • Establecimiento de rutinas predecibles: Establecer rutinas consistentes y predecibles para las comidas puede ayudar al niño a sentirse seguro y anticipar lo que sucederá a la hora de comer, lo que puede reducir la ansiedad asociada con la alimentación.
  • Reforzamiento positivo: Reconocer y elogiar las conductas alimentarias deseables, como probar nuevos alimentos o comer de manera independiente, puede motivar al niño a continuar explorando y aceptando una variedad de alimentos.

Las dificultades alimentarias en el Trastorno del Espectro Autista (TEA) son frecuentes y pueden impactar significativamente en la salud y bienestar de los niños y niñas, así como en sus familias. Por tanto, es esencial abordar estas dificultades tempranamente, mediante la colaboración de un equipo multidisciplinario de profesionales. Este enfoque conjunto puede contribuir de manera significativa a mejorar la relación del niño con la comida y fomentar una alimentación más equilibrada y satisfactoria al ampliar la variedad de alimentos consumidos, lo que a su vez ayuda a prevenir desequilibrios nutricionales.

En Neural KIDS, comprendemos las complejidades asociadas con las dificultades alimentarias en niños y niñas con TEA. Nuestro equipo de profesionales multidisciplinarios está aquí para brindarte apoyo y orientación en cada etapa de este proceso. Desde la evaluación inicial hasta el diseño de estrategias de intervención personalizadas para mejorar la relación del niño con la comida y promover una alimentación más equilibrada y placentera.

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